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El dilema del cine mexicano: entre la pantalla grande y el streaming
El cine mexicano enfrenta el desafío de equilibrar la tradición de las salas con el auge del streaming, en un panorama transformado por la pandemia y los nuevos hábitos de consumo.
REPORTAJE
Erik Quiroga
11/17/20244 min read
El cine mexicano enfrenta uno de los retos más complejos de su historia. A medida que las plataformas de streaming ganan terreno, las salas de cine luchan por recuperar su lugar como el espacio predilecto para disfrutar de películas nacionales. Esta transición, acelerada por la pandemia, ha provocado una disminución alarmante en la asistencia a los cines, mientras que las suscripciones a plataformas de streaming crecen de forma exponencial.
Para entender este fenómeno, realizamos una serie de encuestas y focus groups que revelaron información reveladora sobre los hábitos de consumo de las audiencias mexicanas. Entre los hallazgos más relevantes, encontramos que el 62% de los encuestados admitió ir al cine una vez al mes como máximo, mientras que un 27% indicó tener más de cinco suscripciones a servicios de streaming. Además, un impresionante 30% aseguró consumir contenido en plataformas más de 20 veces al mes. Estas cifras reflejan una tendencia clara: el público prefiere la comodidad y accesibilidad del streaming frente a la experiencia tradicional del cine.
Carlos Donovan Flores Davis, coordinador de marketing en Universal, analizó esta problemática en entrevista. “La pandemia cambió el comportamiento del consumidor. Antes, cualquier película tenía la oportunidad de funcionar en taquilla, pero ahora el público busca eventos cinematográficos, esas películas que se sienten como una experiencia única e irrepetible. Las producciones mexicanas, desafortunadamente, no suelen entrar en esa categoría para el consumidor promedio”, señaló.
El impacto de la pandemia en el cine mexicano
La pandemia de COVID-19 marcó un antes y un después para la industria cinematográfica en México. Según datos de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (CANACINE), las producciones mexicanas vendieron apenas 6.4 millones de boletos en 2022, una cifra devastadora en comparación con los 34.6 millones vendidos en 2019. Esta caída en la taquilla nacional no solo es un golpe económico, sino también un indicador del desinterés del público hacia las producciones locales.
Fabrizzio González, especialista en marketing digital de Videocine, abordó este tema desde una perspectiva crítica. “El consumidor mexicano percibe que el cine internacional tiene mayor valor por el mismo costo. Si tienes que elegir entre pagar para ver una película como Avatar 2 o una comedia romántica mexicana, la decisión es clara para muchos. El streaming refuerza esta percepción porque ofrece el cine nacional de forma gratuita o con muy poco costo, eliminando la necesidad de ir a las salas”, explicó.
Nuestra investigación también arrojó que el 78% de los encuestados consumió contenido vía streaming en la semana previa al estudio, lo que evidencia cómo las plataformas han reemplazado parcialmente a las salas de cine como el medio principal de consumo audiovisual. Sin embargo, la asistencia al cine sigue teniendo un valor especial para el 59% de los encuestados, quienes afirmaron que prefieren ver películas en la gran pantalla, aunque esto no se traduzca en una asistencia constante.
La fragmentación del contenido y sus consecuencias
El auge de las plataformas de streaming ha ampliado el acceso al cine mexicano, llevando historias locales a audiencias internacionales. Sin embargo, la fragmentación del contenido entre múltiples servicios plantea un nuevo desafío para los consumidores. Daniel, un joven apasionado por el cine mexicano, ilustra esta problemática. Con recursos limitados, no puede permitirse suscribirse a todas las plataformas que ofrecen contenido nacional, lo que lo obliga a buscar alternativas creativas para disfrutar de las películas que ama.
De hecho, el 45% de los encuestados expresó frustración por no poder acceder fácilmente a todo el contenido que desean ver debido a la dispersión entre servicios. Este fenómeno también impacta a los cineastas, quienes enfrentan presiones para producir contenido exclusivo que destaque en un mercado cada vez más saturado.
González señaló que esta situación es parte de un círculo vicioso. “El cine mexicano no tiene el respaldo suficiente para competir con producciones internacionales, lo que lleva a una retirada prematura de las películas de las salas. Esto no solo afecta a las comedias comerciales, sino también al cine de autor, que depende de un tiempo de exhibición más prolongado para conectar con su audiencia”, afirmó.
La importancia de la diversidad y la innovación
Aunque la industria enfrenta grandes desafíos, también existen oportunidades para reconectar con el público. Uno de los problemas señalados tanto en nuestras encuestas como por expertos como Donovan es la falta de diversidad en las temáticas y géneros del cine mexicano. “El público mexicano está dispuesto a consumir historias diferentes, pero necesita que las propuestas sean relevantes y atractivas. No podemos depender únicamente de las comedias románticas si queremos captar la atención de una audiencia más diversa”, comentó Donovan.
Nuestra investigación también mostró que las generaciones más jóvenes, especialmente entre los 18 y 24 años, valoran la comodidad y accesibilidad del streaming, pero aún reconocen la magia de una experiencia cinematográfica bien lograda. “El streaming es cómodo, pero nada reemplaza la emoción de ver una película en el cine, especialmente si es algo único o visualmente espectacular”, dijo uno de los participantes del focus group.
¿Qué podemos hacer?
La revitalización del cine mexicano requiere un esfuerzo conjunto entre cineastas, distribuidores, exhibidores y el público. Para González, la clave está en apoyar las películas nacionales durante su primer fin de semana en cartelera. “El éxito inicial de una película puede determinar su tiempo en las salas y, en última instancia, su impacto en el mercado”, señaló.
Daniel, al igual que muchos otros, espera que el cine mexicano encuentre formas de adaptarse a las nuevas realidades del consumo audiovisual sin perder su esencia. La incorporación de modelos más flexibles por parte de las plataformas y un compromiso renovado con la calidad narrativa pueden ser los primeros pasos hacia una industria más fuerte y sostenible.
Como dijo Donovan, “México siempre ha sido un país clave para la taquilla global, pero nuestro cine necesita recuperar su posición. No solo como un producto más, sino como un reflejo de quiénes somos como nación”. La magia del cine mexicano aún tiene el potencial de brillar, pero dependerá de todos nosotros que así sea.